En el corazón de muchos cofrades, habita el deseo de encargar una pequeña escultura de "Jesús en la Borriquita", para que pudiera ser portada por los niños de la Cofradía en este acto. La crisis actual hizo que este proyecto se pospusiera hasta que vuelvan tiempos mejores.
Finalizada la lectura, los fieles vuelven a entrar en la capilla y se celebra la Misa, que suele estar cantada por una rondalla de música tradicional. Los clavarios participan en la lectura del Evangelio poniendo voz al narrador y a los terceros, dejando al sacerdote los párrafos correspondientes a las palabras de Jesús.
Concluida la celebración, los cofrades y sus familias se trasladan al paraje de la Magdalena, celebrándose una comida de hermandad informal a la que cada uno aporta lo que desea y comparte con los demás. Incluso, alguno más atrevido, elabora una paella gigante. En el inicio de este encuentro estaba la finalidad de recoger matisa y otras plantas y flores silvestres para el aderezo de los pasos para la procesión de Viernes Santo. Por ese motivo, a esta reunión se la conoce familiarmente entre los cofrades como "la comida de la matisa".
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